Orlando Salerno

Periodismo musical, crónicas de shows en vivo, historias y cómo contarlo

El Club de los 21: “Los adultos que no fueron”

El 15 de noviembre se cumple el segundo aniversario de la repentina muerte del rapero Lil Peep, a los 21 años de edad. Un hecho que significó el apagón de una promesa en ascenso dentro del nuevo Hip Hop.

Muchos lo llamaban “el Kurt Cobain del rap”, debido a sus depresivas y furiosas letras de tono trágico/melódico, que hicieron que gane muchos adeptos entre los adolescentes, que seguían su música y sus publicaciones en Instagram, donde mostraba sugerentes fotos y todos lo celebraban.

Los excesos, las maratónicas fiestas, los malos amigos y un cuerpo muy joven que dijo basta.

https://www.instagram.com/p/Ba79k3GF1X8/?taken-by=lilpeep

Su fallecimiento nos hizo pensar en otros artistas que lograron ser sumamente relevantes a través del paso de los años y que hoy son personajes mitológicos en la historia de la música, pero cuyas vidas, apenas llegaron a la mayoría de edad para beber en los EE.UU.

Hoy vamos a estar hablando de un nuevo y trágico grupo de músicos que de a poco están formando un trístemente célebre club, y no, no es el ya conocido “Club de los 27”,  es “El Club de los 21: Los adultos que no fueron”.

EDDIE COCHRAN

El primer integrante de este Club, se registra desde los propios inicios del rock n’ roll en la década del 50, uno de los pioneros del género “Rockabilly”, hablamos del gran Eddie Cochran, un notable guitarrista y cantante, autor de verdaderos clásicos de la música popular como: “Summertime Blues”, “Something Else” y “C’mon Everbody”.

Eddie Cochran junto con Elvis Presley, Little Richard, Chuck Berry, Jerry Lee Lewis y Buddy Holly, eran los rebeldes de un nuevo estilo provocador, a mediados del siglo pasado.

Este talentoso joven músico influyó fuertemente en futuras figuras del rock, como un adolescente George Harrison, quien lo siguió en toda su gira inglesa, hasta que Cochran encontró la muerte en un accidente de tránsito en la ciudad  de Somerset, Inglaterra, en 1960, a los 21 años.

Él también fue vital en la vida de otros jóvenes de Liverpool, cuando John Lennon y Paul McCartney se conocieron en 1957, Paul le había tocado el tema “Twenty-Flight Rock” de Eddie Cochran a Lennon, para impresionarlo y así formar parte de su banda The Quarrymen, que luego se llamó The Beatles.

  • STU SUTCLIFFE.

El segundo, en un orden cronológico, tenemos a un ex integrante de los Beatles, se trata de su bajista original, Stu Sutcliffe, quien era un estudiante de arte muy amigo de John Lennon, que se unió a la banda por insistencia de este último, ya que Stu no quería ser músico, sino un pintor de cuadros.

Posteriormente, a inicios de los años 60s, decidió dar un paso al costado tras la incidentada gira de The Beatles por la ciudad alemana de Hamburgo, donde había sido muy golpeado por un grupo de borrachos que estaban en el show y celaban de la atención que recibía Stu, de parte del público femenino en el bar.

Durante la estadía de Stu en la banda, Paul McCartney le recriminaba mucho por sus errores como bajista, tanto así que más tarde, él se convirtió en el bajista de los Beatles.

Stu Sutcliffe falleció en abril de 1962, a causa de una hemorragia cerebral que muchos atribuyen a esa golpiza que recibió en Hamburgo.  Un mes antes, los Beatles lanzaron su álbum debut ‘Please, Please Me’ y lograban su primer Nro. 1 en Inglaterra.

Beatles Bible

  • BILLY MURCIA.

El tercer caso es el de Billy Murcia, cuya muerte se acerca más al de Lil Peep. Hablamos del primer baterista de los New York Dolls, el grupo que sacudió y le dio vida a una disecada escena neoyorkina a inicios de los setentas e influyó en la posterior formación de otros grupos de esa ciudad como: The Ramones y Blondie.

El joven Murcia no dio más y en la primera gira de los Dolls en Inglaterra, muere en 1972, a causa de una accidental sobredosis de heroína, en una bañera, cuando el grupo aún no había grabado su primer álbum de estudio.

Dato: David Bowie le dedicó el tema “Time” que se encuentra en su álbum ‘Aladine Sane’ de 1973. 

Los New York Dolls, considerados unos de los pioneros del glam rock, vivían una rutina de excesos y provocaciones constantes con el público. Su manager era el británico Malcom McLaren, un diseñador de ropa interesado en la contracultura y el situacionismo, que buscaba vender sus diseños mediante la mala publicidad de sus bandas.

Tras la muerte de Murcia, McLaren retornó a Londres, abrió una tienda de ropa “punk” llamada ‘Sex’ y ahí formó otro grupo, de donde se desprende el siguiente integrante del Club de los 21.

  • SID VICIOUS.

Si hay un rostro que represente el sentido literal de la expresión “vive rápido y muere joven”, ese era John Simon Ritchie, más conocido como Sid Vicious.

El mismo nunca fue un músico de verdad, no sabía tocar el bajo en los Sex Pistols, pero era el fanático del punk que llegó a los escenarios, el “aguanter” que se hizo más famoso que su propia banda.

Sid fue la mascota que el punk tuvo que sacrificar, su aporte más significativo se puede escuchar en el álbum ‘Jubilee’, que habían lanzado unos ya separados Sex Pistols, sin su cantante Johnny Rotten.

En ese disco Sid Vicious canta tres covers, “My Way”, e irónicamente: “Something Else” y “C’mon Everybody” de Eddie Cochran, el primero de nuestra lista.

Sid Vicious primero vio morir a su banda, los Sex Pistols, tras su caótica gira por EE.UU, luego vio muerta a su novia, Nancy Spungen (también de 21 años), en un confuso episodio de drogas en New York, que lo tenía a él como único sospechoso del asesinato, en el mítico Hotel Chelsea de la Gran Manzana.

Fue a la cárcel unos días y luego liberado bajo fianza, debido a que Mick Jagger se hizo cargo de los gastos y también puso a unos  abogados para su defensa en el juicio que nunca se dio, ya que pocos días después, Sid Vicious murió a causa de una sobredosis de heroína, en febrero de 1979.

El actor Gary Oldman hizo el papel de Sid Vicious, en la película “Sid & Nancy” de 1985.

  • LIL PEEP.

Y por último tenemos el caso del rapero Lil Peep, considerado como pionero del “Emo Rap” o hardcore melódico, ya que hacía muchas alusiones a la muerte, la depresión y su adicción a las drogas.

El mismo decía ser fan de bandas como Good Charlotte, quienes le rindieron homenaje, grabando una versión de estudio del tema más conocido de Lil Peep, “Awful Things”.

 

La emoción musical en escenas de Martin Scorsese.

Para celebrar el estreno de su última película, The Irishman, seleccionamos algunas escenas musicalizadas que formaron parte de la carrera del director, Martin Scorsese, cuyo oído y visión cambió la forma en que uno escucha música y ve películas.

El uso de numerosas canciones populares en sus historias representan un distinguido catálogo a través de sus películas y todo comenzó con una osadía suya, que marcó un antes y un después, en lo que conocemos como “banda sonora”.

MEAN STREETS (1973)

En 1973, estrenó ‘Mean Streets’, su ópera prima con actores desconocidos como Harvey Keitel y Robert DeNiro, quien interpreta a ‘Johnny Boy’ y hace una entrada de leyenda con “Jumping Jack Flash” de los Rolling Stones y una fuerte luz roja que anticipa mucha sangre de fondo.

Pero, al comenzar la película se muestra a un Keitel despertando de una pesadilla en su habitación, luego se mira al espejo y vuelve a la cama, al son del retumbante bombo del tema, “Be My Baby” (1963), del grupo vocal femenino The Ronnettes.

El montaje de planos para la caída de la cabeza a la almohada, más la sucesión de imágenes que siguen a la canción y la placa de ‘Mean Streets’, que aparece en pantalla al sonar el coro de uno de los hits más importantes del Siglo XX, convirtieron a Martin Scorsese en el primer VJ y así debutó en primera.

En la cultura pop: El grupo Arctic Monkeys dice en su canción, “Knee Socks”: ‘Like the beginning of ‘Mean Streets’, you could be my baby’.

Pero esto casi no sucede, fue una osadía y ambición de principiante, o en este caso, un principiante trasgresor, cuya lectura musical para sus escenas no eran negociables.

El caso es que “Be my Baby” fue compuesto por el famoso y temido Phil Spector, el super productor más joven y exigente de la industria musical durante los años sesentas, y parte de los setentas, luego de haber mezclado el último álbum de los Beatles: ‘Let it Be’.

En el documental ‘The Agony and the Ecstasy of Phil Spector’ (2009), el viejo Phil cuenta que recibió el llamado de John Lennon en New York y le cuenta sobre la proyección de una película independiente llamada ‘Mean Streets’, en la que suena “Be My Baby” en su openning.

Spector explotó de rabia, porque nunca autorizó su uso y por ello planeaba demandar al recientemente graduado Martin Scorsese. Luego aclaró que fue el propio John Lennon el que lo frenó y le dijo: “Recuerda cuando empezaste y no creo que esto llegue a ser visto por mucha gente”.

GOODFELLAS (1990)

Ya con él éxito y unos 7 millones de dólares después, Martin Scorsese volvió a utilizar otra canción de Phil Spector, esta vez “Then he Kissed Me” (1963) y en su película ‘Goodfellas’ (1990).

El tema era interpretado por The Crystals y suena en aquella toma larga que sigue a los protagonistas, Ray Liotta y Lorrainne Bracco, por la cocina del Copacabana.

Otra fulgurante musicalización se da en esa misma película y en la escena más violenta e importante del guión, cuando el mafioso “Billy Baats” (Frank Vincent), es ultimado a golpes por los personajes de Joe Pesci y Robert DeNiro, mientras suena “Atlantis” de Donovan, que anuncia la inminente caída de los protagonistas y el fin de una era.

Pero la canción por la que todos asocian a ‘Goodfellas’, desde 1990 a esta parte, es la salida de piano de ‘Layla’, tema de Derek and the Dominos, el supergrupo formado por Eric Clapton en 1970.

La misma fue utilizada para el desfile de cadáveres, ligados a la mafia, que fueron encontrados por toda la ciudad de New York, a inicios de los setentas, y es la misma que suena al final de los créditos, luego de la versión que hizo Sid Vicious de “My Way” (1979).

https://www.youtube.com/watch?v=q9UQScz0YgM

CASINO (1995)

En esta cinta Scorsese retornaba al género gangster, esta vez desde Las Vegas, epicentro de la corrupción y el lavado de dinero de mafiosos, empresarios y políticos, durante la era dorada de la Ciudad del Pecado en los sesentas, hasta que a inicios de los años ochenta todo acabó y ‘The House of the Rising Sun’ de The Animals, sonaba de fondo y nadie quedaba con vida.

THE DEPARTED (2006)

La preferencia de Scorsese hacia las canciones de los Rolling Stones es notable, sobre todo por “Gimme Shelter”, que suena en ‘Goodfellas’, ‘Casino’ y en el arranque de ‘The Departed’, con el monólogo de Jack Nicholson que concluye diciendo: “En este barrio tenés dos opciones, ser un delincuente o ser un policía, pero cuando tenés un arma cargada, ¿cuál es la diferencia?.

Pero no siempre Scorsese utilizó canciones conocidas, también están las que se hicieron célebres gracias a sus escenas, como el “Shipping up to Boston” de Dropkick Murphys, que suena al inicio del segundo acto, el del conflicto de ‘Los Infiltrados’, y los créditos que aclaran que la película ahora empieza de verdad.

Entre sus últimas intervenciones musicales y entre sus historias más contemporáneas, pero siempre ligado al ascenso y caída de sus anti héroes, se encuentra la última canción que suena en ‘Wolf of Wall Street’ (2013).

Se trata de la versión que hizo el grupo alternativo de los noventas, Lemonheads (1992), del clásico de Simon & Garfunkel, “Mrs. Robinson” (1968), para mostrar el fin de las andanzas de Jordan Belfort (Leo DiCaprio), uno de los corredores de bolsa que más gente estafó en los años noventa.

#HEi5: “Grandes Colaboraciones de Gustavo Cerati”

Un día como hoy pero del 2014, nos dejaba uno de los músicos latinoamericanos más influyentes de todos los tiempos. Hablamos de Gustavo Cerati, ex líder de los Soda Stereo, un artista que logró explorar con éxito, nebulosas amebas de sonidos, con discos que nivelaron para arriba y dieron vueltas por el universo.

El mismo nos dejó físicamente hace 5 años, pero su legado musical persiste, así como su criterio y ojo a la hora de elegir artistas con quien colaborar en canciones, que sí contaban con el toque mágico de Cerati, éstos quedaban inmortalizados en la memoria.

A continuación hacemos un repaso, no rankeado, de aquellas “Grandes Colaboraciones de Gustavo Cerati” con diversos músicos a lo largo de su carrera.

Emmanuel Horvilleur feat. Gustavo Cerati – “19”.

Uno de los integrantes de Illya Kuryaki & the Valderramas, comenzaba a consolidarse como solista, era Emmanuel Horvilleur, que en el 2007 lanzó su tercer álbum titulado ‘Mordisco’, en un año en que Gustavo Cerati visitaba por última vez a Paraguay, para cerrar su gira ‘Ahí Vamos’ y luego reunir a los Soda Stereo, luego de 10 años del “Último Concierto”.

Ambos se juntaron para lanzar este punzante sencillo llamado “19”, lanzado en el 2009, que habla del desamor y la redención por asesinar una relación.

Bajofondo Tango Club feat. Gustavo Cerati – “El Mareo”

En el 2007, el músico y productor argentino, Gustavo Santaolalla, ya tenía ganado dos premios Oscar por Mejor Canción Original, tras componer el soundtrack de películas como: ‘Brokeback Mountain’ (2005) y ‘Babel’ (2006).

Ese mismo año, Santaolalla también formó el ambicioso y experimental proyecto denominado Bajofondo Tango Club, cuyo estilo fusiona el neotango con la música electrónica, y Gustavo Cerati, que era un hombre cuyos oídos nunca estuvieron satisfechos, realizó una colaboración memorable, para darle voz a este hipnótico tema.

Leo García feat. Gustavo Cerati – “El Tesoro”

En el 2005, Leo García ya era un importante músico y productor argentino, que desde sus inicios en los 90s como líder de la banda indie, Avant Press, logró captar la atención de su ídolo máximo, Gustavo Cerati, quien hasta llegó a hacer un cover de su tema “Cibersirena” junto a los Soda Stereo en 1996.

En una entrevista con HEi Música, realizada en el 2015, Leo García había dicho lo siguiente: “Yo estaba en una fiesta esa noche y un amigo viene y me cuenta que los Soda tocaron un tema mío, no lo podía creer, tuve que esperar al día siguiente para comprar los diarios, porque no había redes sociales en esa época. Fue increíble y lógicamente, por la edad que tenía, creo no haber estado capacitado para entenderlo”.

No Lo Soporto feat. Gustavo Cerati – “Nunca Iré”

En el 2008, el trío de pop punk femenino, No Lo Soporto, representaba una de las promesas del rock argentino. Desde sus inicios en el año 2002, fueron apadrinadas por el ídolo de Cerati, el músico Luis Alberto Spinetta, quien expresó su apoyo hacia la banda en más de una oportunidad y les brindó, además, la oportunidad de grabar su primer demo en “La Diosa Salvaje”, su estudio personal.

Cuando lanzaron su primer LP homónimo, las chicas fueron elegidas por Gustavo Cerati como banda revelación del 2005, en la encuesta del suplemento “Sí!” del diario Clarín.

Gustavo Cerati feat. Daniel Melero – “Vuelta por el Universo”.

En 1992, Gustavo Cerati pasaba por un estado de clímax creativo, era el inicio de una nueva década, se acercaban los 2000 y los avances tecnológicos debían ser acompañados de nuevos sonidos.

Para ello, se une al músico Daniel Melero, el mismo que grabó los teclados como invitado en ‘Oktubre’, el primer disco de Los Redonditos de Ricota, y ambos, lanzan juntos un descomunal álbum para la época titulado: “Colores Santos”.

Un trabajo que significó el primer acercamiento de Cerati con la música electrónica, las secuencias y las bases programadas, para crear atmosféricas sensaciones al oído. Un producto elaborado íntegramente en un estudio que fue utilizado y pensado como laboratorio.

Una perfecta ecuación de máquinas que marcan el ritmo, con efectos de guitarra que sirven de capas y la relajada voz de Gustavo, para que ésta sea una canción completa.

El crítico de música Ivan Adaime de Allmusic dijo: “de alguna manera, este disco fue como un ovni en la escena del rock argentino a principios de los años 90″

Bonus Track: 

Mercedes Sosa feat. Gustavo Cerati – “Zona de Promesas”

Podríamos mencionar la vez que Cerati se juntó con Roger Waters, del que dicen, le servía el desayuno en la cama a Gustavo, cuando grabaron el tema “The Child Will Fly” o cuando grabó con Andy Summers, el guitarrista de una de sus bandas favoritas, The Police.

Pero queremos mencionar una colaboración, que con el pasar de los años, se hizo cada vez más emotivo y significativo para el legado de estas dos leyendas.

Hablamos de la vez que Mercedes Sosa interpretó junto a Gustavo, el tema de Soda Stereo: “Zona de Promesas”, un tema que al fallecer Gustavo, tuvo una relevancia superior y sirvió de cortina en varios noticieros de la Argentina, que cubrían aquel multitudinario velorio continental, que despedía a su héroe musical sudamericano.

 

 

25 AÑOS DEL BRITPOP: “La Última Melodía Proletaria”.

Hoy se conmemora el 25 aniversario de ‘Definitely Maybe’, el disco debut de Oasis, una de las bandas que encabezaron la nueva ola del pop británico, a mediados de los años 90s.

A diferencia de la “British Invation”, que dominó las listas de éxitos en los EE.UU con The Beatles y Rolling Stones en los 60s, a comienzos de los años 90’s, en Inglaterra ocurría todo lo contrario, ya que el UK Single Chart estaba cargado con un repertorio de grupos yankis como: Nirvana, Pearl Jam y 4 Non Blondes, por lo que los oídos de los jóvenes ingleses estaban perdiendo su “identidad”.

Los sellos discográficos como la EMI o Virgin, estaban desesperados por encontrar a un nuevo “salvador de la música británica” y los periodistas de la NME y de la extinta Melody Maker, salían a las calles en busca de unos nuevos The Smiths o The Jam, para contrarrestar la fuerza proveniente del otro lado del océano y, por sobre todo, tener la primicia de ello.

El sonido británico se encontraba en stand by en 1991, con unos Stones Roses que solo habían sacado un disco en 1989 y con la aparición de bandas ultra independientes denominadas por los críticos como shoegaze (My Bloody Valentine, Pale Saints, Ride, Chapterhouse o Catherine Wheel), quienes no buscaban el éxito que ostentaban otras estrellas de rock, sino todo lo contrario, su búsqueda era reinventar el sonido de las guitarras y las voces, gastando miles de euros en acustizar salas de grabación, para luego lanzar discos que nadie compraba.

Pero Inglaterra no se iba rendir, ni todo estaba perdido y fue así que en 1992 aparecen desde Londres, un grupo llamado Suede, con un par de sencillos bajo el brazo, entre ellos, “Animal Nitrate”, que hicieron que varios semanarios musicales dieran su pronóstico de: “la esperanza, el futuro, la próxima gran cosa, etc”.

Los Suede rescataban el espíritu original del Glam Rock de aquel David Bowie de Ziggy Stardust, con una presencia carismática y actitud de diva, de su cantante Brett Anderson, cuya voz traía consigo letras que se destacaban por su contenido sumamente erótico y bisexual, que lo colocaban como el próximo líder de toda una generación.

El primer disco de la banda sería uno de los más esperados en muchos años en el Reino Unidos y una vez que salió el LP, titulado simplemente “Suede” (1993), llegó al número 1 de las listas británicas.

Ya en 1994, el guitarrista y co-escritor de las canciones de Suede, Bernard Butler, dejaba la banda por una lucha de egos con Anderson, en pleno proceso de grabación de la segunda placa. De todas maneras, el grupo saca “Dog Man Star”, que recibió buenas críticas, pero no vendió de la misma manera que su antecesor.

Los mismo redactores de los semanarios musicales que los colocarían en un pedestal un año antes, ahora anunciaban su inminente final.

Paralelamente, en 1991, los también londinenses Blur ya habían lanzado su primer álbum titulado “Leisure”, en el mismo contexto de bandas como My Bloody Valentine, que sacaba “Loveless”, por lo que se nota la influencia shoegaze en ese trabajo que portaba buenas canciones como “Sing” o su primer sencillo “She’s So High”.

Tras la primera gira norteamericana de Blur, su líder Damon Albarn, terminó asqueado de los EE.UU y se metió de lleno a revivir la cultura musical de su país, para hacer frente al grunge. Fue así que lanzó el corte titulado “Popscene”, lanzado casi simultáneamente con “The Drowners” de Suede en 1992.

Para muchos, ahí comenzó el movimiento que, en 1994, daría el quiebre y forma al mejor rock inglés de los últimos años.

Todos estos grupos, junto a: Ocean Colour Scene, The Verve o Pulp (que aún eran ignorados por los medios masivos de comunicación), serían catalogados como “La Nueva Ola, de la Nueva Ola”, por los de la NME, y en 1994 le dieron un nombre bastante acertado: “Britpop”, como un resumen de bandas británicas del pasado, elaborado por modernos jóvenes de clase obrera, con sus propias realidades, que vestían bien, y portaban una gran sensibilidad en sus melodías, como así también, una personalidad sumamente desagradable. Una banda en particular, sería la campeona de todos.

Blur sacaba su segundo disco llamado “Modern Life is Rubbish”, que contó con un éxito moderado. Pero sin duda alguna, la explosión creativa del grupo liderado por Albarn se dio con el gran disco “Parklife”, en cuyo tracklist están algunos de los himnos del grupo, como la festiva: “Girls and Boys” y las encantadoras “To the End” y “The End of the Century”.

“Parklife” llegaba al número 1 en Inglaterra y se colocaban el traje de la fama y del buen vivir. Pero se avecinaba otra banda más, con tanto talento como arrogancia y que iban a encargarse de hacerle saber a todo el mundo, que ellos eran los mejores y no solo dentro de su país.

Durante todo ese tiempo que abarca desde los inicios de los 90s, en Manchester se constituía una banda liderada por dos hermanos que se cansaron de robar equipos de sonido y ser “plomos” de otras bandas, por lo que decidieron crear: “La mejor música que se haya escuchado en Gran Bretaña en los últimos 30 años”, y su nombre era Oasis.

A diferencia de otras bandas de la moribunda Madchester, que experimentaban con el funk, el dance y la psicodelia, Oasis se presentaba como una sencilla banda de rock tradicional, con fuerte influencia estética y sonora, de sus héroes, los Beatles. Su álbum debut se tituló ‘Definitely Maybe’ y se convirtió en uno de los discos fundamentales de lo que se estaba denominado: “Britpop”.

Con la muerte de Kurt Cobain y la del grunge en los EE.UU,  el 29 de Agosto del 94, Oasis llegaba al número 1 del UK Album Chart y en tiempo record.

Su flamante repertorio incluía una de las canciones estandarte del grupo y del sonido inglés, “Live Forever”. Estaba clarísimo que los Blur no iban a quedarse solos en la cima, ya que ahora tenían una arrolladora competencia y la prensa lo iba a disfrutar mucho.

Oasis – “Live Forever” (versión americana 1994).

Por su parte, Pulp, la banda liderada por el excéntrico Jarvis Cocker, en 1994 también lanzaba su aclamado disco “His ‘N’ Hers”, de donde se destacan los sencillos “Babies” y “Do you remember the first time?” que colocaba a Cocker como un mordaz y agudo compositor, entre tantos otros de fuerte carisma y adictos a la atención. Este no sería su trabajo más exitoso, pero sí el que los colocaría dentro del selecto club del “britpop”, pese a estar juntos como banda desde los años 80s.

Entonces, llegaría el año 1995, tras el furor marketinero, la moda y la ideología que arrastraba el “britpop” en los medios, Jarvis no se sentía satisfecho, ni conforme en absoluto, por lo que lanzó el álbum titulado ‘Different Class’, que sería el de mayor alcance en la carrera del grupo y que iba a demostrar al mundo que ellos provenían de la “Ciudad de Acero”, Sheffield.

El sencillo más exitoso fue “Common People”, toda una declaración que sirvió como reivindicación del origen proletario del movimiento y burla a la frivolización de la clase obrera en los medios, con la figura de Cocker que se iba agrandando cada vez más, luciendo estrafalarias vestimentas, con su elevada estatura y extrema delgadez.

Su momento cumbre sería cuando en la ceremonia de los Brit Awards de 1996, Jarvis Cocker tuvo la osadía de interrumpir el show del mismísimo Michael Jackson, subiéndose al escenario y burlándose de él y de sus bailarines, cosa que le valió un arresto, el odio de los fans de MJ, pero así también, muchos aplausos y discos vendidos.

Ya para 1997, el britpop había pasado por demasiadas cosas, desde tener una terna propia llamada “Best Britpop Band” en los Brit Awards del 96, pasando por la histeria colectiva de niñas adolescentes que perseguían a los integrantes de Blur por todas partes y tras la llamada “Navidad Britpopera”, la contienda ultra mediática entre Blur y Oasis, por quién vendía más sencillos con los lanzamientos, en el mismo día, de los temas “Roll with it” de los Gallagher y “Country House” de Albarn, siendo éste último el ganador.

Todo era demasiado superficial, la pelea entre Noel y Liam era noticia diaria, el flamante Primer Ministro Británico del Partido Laborista, Tony Blair, se declaraba fan de Oasis y del “britpop”.

Quizás el mensaje no se entendió o quizás nunca se pensó bien en un principio, fue todo un impulso, pero las canciones y los discos siguen siendo insuperables hasta ahora. Nadie se explica como unos “hooligans” de la vida, componían piezas tan emotivas, que hoy en ya son himnos de toda una cultura popular.

La historia siguió su curso y muchas de estas bandas se separaron o buscaron un sonido distinto, que los apartara de la sombra de aquel monstruo, que ellos mismos habían creado.

Un último suspiro interesante lo daría el grupo The Verve, liderados por Richard Ashcroft, un tipo que no tenía nada que envidiar en cuanto a personalidad “arrolladora” de sus colegas Gallagher, Albarn o Cocker. Los mismos habían lanzado su disco “Urban Hymns”, tras haber sacado, sin éxito, 2 discos antes de 1997.

El mismo traía temas como “Sonnet”, “The Drugs Dont Work” y “Lucky Man”, pero tenían una que quedó instalada en la memoria colectiva, cuya melodía de cuerdas nadie olvida, era “Bittersweet Symphony”, un tema que Ashcroft compuso, pero cuyos derechos de autor le fueron extraídos por el EX manager chupasangre de los Rolling Stones, Allen Klein, quien los denunció con éxito, por un supuesto plagio de la versión orquestal de la canción “The Last Time”.

En este 2019 y tras más de dos décadas, Mick Jagger y Keith Richards, finalmente le devolvieron los derechos a Ashcroft y se hizo justicia para este gran músico inglés, cuya banda ya no existe.

Sin dudas, la canción “Bittersweet Symphony”, representa hoy en día, la “última melodía proletaria” del britpop.

SODA STEREO: “A 35 AÑOS DEL PRIMER MISIL”

‘SODA STEREO, BUENOS AIRES, ARGENTINA..’

El 20 de Septiembre del año 1997, el Estadio de River Plate vivió una noche con fuertes emociones, que se mezclaban entre la ansiedad y la tristeza, con unos 60 mil fanáticos que despidieron a sus héroes que cerraron una carrera descomunal, que empezó en 1982, siendo muy jóvenes y viviendo a unas cuadras de ese mismo estadio de fútbol, con el que rompieron todos los récords en la Argentina, en su regreso en 2007.

Cuatro meses antes, el 1 de mayo del 97, el grupo conformado por Gustavo Cerati (guitarra y voz), Zeta Bossio (Bajo) y Charly Alberti (batería), anunciaba su separación definitiva, tras 15 años de actividad casi ininterrumpida, golpeados por el éxito y con todo lo que eso conlleva.

El diario Clarín dedicó un gran espacio en su portada por la noticia y Gustavo Cerati publicó en dicho medio, la emotiva “Carta del Adiós”, que concluía diciendo: ‘Cortar por lo sano es, hacer valer vuestra salud mental por sobre todo, y también el respeto hacia nuestros fans, que nos siguieron por tanto tiempo’.

Los Soda Stereo fueron los primeros, propiamente dicho, ‘rockstars sudamericanos’, pero antes del estrellato, crecieron en una escena under porteña destinada a ser mito y leyenda.

1983: ‘EL REGIMEN SE ACABO, SE ACABO..!’

En Argentina, el Rock no era ninguna novedad, ya contaba con sus buenas décadas, con nombres consagrados como Luis Alberto Spinetta o Charly García, maestros en la materia, pero éstos, y muchos jóvenes más, vivieron momentos muy difíciles, con unos terribles 7 años de Dictadura Militar mercenaria, cobarde y criminal, que llevaron a varias voces al exilio, como fue el caso de Mercedes Sosa, León Gieco o Gustavo Santaolalla, entre muchos más.

Pero dicho régimen militar, en 1982, se estaba acabando por dentro y no era suficiente el baño de sangre con el que estaban cubiertos, por lo que le declararon una delirante guerra a Inglaterra por las Islas Malvinas y en una muestra de ‘patriotismo’ y propaganda siniestra, los militares prohibieron a las radios pasar música cantada en inglés durante la contienda bélica, fue entonces que los rockeros argentinos comenzaron a salir de la clandestinidad, para grabar discos y ser reconocidos por todos, siempre con las dedicatorias correspondientes a los milicos, en forma de metáfora y no tanto, por parte de una juventud realmente golpeada, que tenía a un vecino, compañero de facultad o hermano, detenido/desaparecido. (Como ocurrió con el mayor de los hermanos Marcelo y Federico Moura de Virus).

La guerra concluyó como se esperaba, se hundía el buque del Belgrano y la Argentina se rendía, las protestas en las calles y las fricciones internas en la cúpula castrense, hicieron que se llame a elecciones y volvía la Democracia al país vecino, en Diciembre de 1983.

La libertad creativa y la apertura a la información, encontró su clímax a mediados de los años 80s, en una Buenos Aires cuyos escenarios derrochaban verdaderos personajes mitológicos como: Luca Prodan de Sumo, Miguel Abuelo y Andrés Calamaro en Los Abuelos de la Nada, Fede Moura en Virus, Pipo Cipolatti en Los Twist, Pappo, Miguel Mateos, Los Fabulosos Cadillacs, entre otros; para demostrar que los Soda Stereo no estaban solos, e inclusive, cada banda contaba un estilo en particular y todo un movimiento detrás.

Una gran diversidad de géneros que contrajo una gran competencia, que demandaban memorables shows en vivo, siempre acompañado de todos los excesos que en esos años estaban a flor de piel. Eran tiempos de destapes y el fin de la opresión.

Sumo en vivo (1986)

Soda Stereo graba y lanza su primer disco homónimo, en el año 1984, los mismos trabajaban mucho su imagen y portaban un look parecido a los New Romantics, antes de adoptar un estilo más Dark Wave, durante el resto de los años 80s. Estos detalles serían cruciales para su éxito, como para ganarse enemigos dentro de la escena.

El primer sencillo y video de aquel disco producido por Federico Moura fue: ‘Dietético’, con la recordada frase final que reza: ‘El régimen se acabó..se acabó!’.

Aquel primer disco contaba con temas como: ‘Vitaminas’, ‘Mi novia tiene biceps’, ‘Sobredosis de TV’ o ‘Quiero ser del Jet Set’, es decir, todos títulos bien trendy en los años ochentas, describiendo la dicha de una época que estaba cambiando y se estaba volviendo más moderna que nunca. El contenido quizás peca de superficial, pero hoy en día, varios temas de ese disco ya son clásicos, como: ‘Un misil en mi placard’ o ‘Quiero que me trates suavemente’.

1985: NADA PERSONAL Y COMIENZA ‘EL TEMBLOR’

Ya con un espacio bien ganado en el under porteño, el trío graba el segundo disco, con la que tenían que ganarse la credibilidad de todos, luego de superar el primer obstáculo que representa la placa debut. El título de ese trabajo sería: ‘Nada Personal’, con el que llegaron a tocar en el Estadio Obras, en 1985, cuyo decorado del escenario tenía elementos de plástico, ya que esa era la etiqueta que un sector conservador, tanto de la prensa como del rock, le colocaba a los Soda Stereo.

Fueron 4 shows repletos, sumando un total de 20 mil espectadores, consolidándose ante el público de su país, con canciones más maduras en lo armónico y melódico, con un Cerati que se luce con la guitarra en “Juegos de Seducción”, disparando rayos dentro de un cubo de espejos que hacen que las notas reboten por doquier, o en “Cuando Pase el Temblor”, que de alguna manera explora el mundo del reggae, con elementos bien criollos como la flauta peruana.

Pero el hit más conocido de ese álbum sería el que le da el título, la misma que llegó a sonar fuerte en las radios de Chile y sacudió la cabeza de los adolescente de ese país, que aún se encontraba bajo la Dictadura de Pinochet, y Soda Stereo significaba la libertad prohibida que todo joven oprimido quería saborear, aunque sea un poco. Nos referimos al tema: ‘Nada Personal’.

Mencionamos a Chile porque sería el país que serviría de catapulta internacional para la banda, precisamente, cuando fueron invitados al Festival de Viña del Mar en 1987, que se emitía para toda América Latina, y fue ahí donde se vio por primera vez, la reacción de las fans del grupo, en lo que sería llamado “La Sodamanía”, que dejaría un saldo de 120 casos de histeria colectiva.

1986: PRIMEROS ‘SIGNOS’ DE LA SODAMANÍA.

Para ese entonces, Soda ya contaba con un tercer álbum bajo el brazo, se trataba de ‘Signos’ (1986), que significó su punto de inflexión, llegando a países como: México, Perú, Colombia, Chile, Venezuela y Paraguay, donde tocaron en el Yatch y Golf Club.

Ese disco contó con mucha influencia británica del Post Punk de Echo and the Bunnymen, The Cure y Joy Division o del new wave de Tears for Fears, y es quizás el trabajo más oscuro del grupo, notándose tanto en las melodías, como en las letras, que según comentan, fueron escritas en una sola noche, a base de cocaína y despecho por parte de Gustavo Cerati, quien no paraba de lamentarse por la tragedia de los cinco jóvenes fallecidos, cuando Soda daba un show en un boliche llamado Highland Road, de la ciudad de San Nicolás, en mayo de 1986.

El tracklist comienza con un agitado y sobreexcitado tema llamado ‘Sin Sobresaltos’, que sería una de las primeras canciones que hace alusión directa a la cocaína, también aparece la sensual ‘Signos’, el fatalista ‘Final Caja Negra’ y el tema más recordado de ese trabajo: ‘Persiana Americana’, cuyas letras mencionan disimuladamente a la masturbación.

TERMINAN LOS OCHENTAS, PERO LOS ÍDOLOS NUNCA MUEREN.

El under porteño, el de la generación post-Malvinas, pasaba a convertirse en leyenda. A finales de los ochentas se registraban sus dolorosas bajas en materia de figuras emblemáticas. El primero sería Luca Prodan, muerto por sobredosis en diciembre de 1987, un año después Federico Moura, víctima del SIDA, lo mismo que Miguel Abuelo, quien falleció por complicaciones relacionadas al virus del VIH.

Cerati quedaba al frente y su grupo ya estaba escribiendo su propia historia, siendo artífices de su propio fenómeno internacional. Fue así que planearon el cuarto disco y apuntaron a la ciudad de New York, para grabarlo con un respetado músico y productor, Carlos Alomar, guitarrista de David Bowie durante su trilogía de Berlín en los setentas.

Ese álbum llevaría el nombre de ‘Doble Vida’ (1988) y vendió más de un millón de copias en todo el mundo. Gracias a ese trabajo, y su locación de estudio para grabarlo, el grupo ganó adeptos dentro de la comunidad latina en los EE.UU.

El mismo contaba con influencias rítmicas del funk, en guitarras como: ‘Picnic, en el 4to B’ o ‘Cúpula (Lo que Sangra)’, o del hip hop como en ‘El Borde’, pero sin dudas, la que se roba la atención es ‘Ciudad de la Furia’, la canción que mejor describe a la noche de esa gran Capital, con un estribillo sublime, lleno de angustia y eosofobia, que pide refugio en un par de piernas femeninas, lo que hace que todo sea sumamente excitante al final de cuentas.

La gira de promoción del álbum incluyó 25 shows en México, varias fechas en EE.UU, un estadio de Vélez Sarfield y un segundo show en Paraguay, en el festival ‘Rock in Sanber’.

SODA VS LOS REDONDOS Y LA FUTBOLUDIZACIÓN DEL ROCK ARGENTO.

Mientras recorrían el mundo y ganaban seguidores en otras latitudes, en su natal Argentina se estaba gestando una nueva etapa en el rock de ese país, y las partes que sobrevivieron de esa camada inicial de los ochentas, se polarizaba cada vez más, y la prensa ayudó bastante, por supuesto.

Nos referimos a la sonadísima rivalidad que se dio entre el público ‘Sodero’ y ‘Ricotero’, a inicios de los noventas y que es todo un folclore hasta nuestros días. Muchos factores “influían”, para que se diera este encontronazo, que por suerte nunca pasó de meros cánticos fútboleros, sobre quién lo miraba por TV.

La muerte de Luca Prodan, líder de Sumo, que al igual que Soda llevaba 4 mil personas al Estadio Obras, dejó huérfano a su público, que migró hacia otros lugares de la capital, como el venue ‘Cemento’, donde Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota tocaban para unas 100 personas, y éstos así comenzaron a tener un nuevo público, hasta que llenaron estadios de fútbol.

La llegada de MTV a Latinoamérica ameritaba más producción de imagen y por ende ‘más pose’, los Soda eran niños mimados de dicha cadena, mientras que El Indio Solari, ni daba entrevistas a la prensa, salvo en ciertas memorables ocasiones, y así es que chocaban dos filosofías de vida y la prensa lo hacía saber.

En conclusión, tanto El Indio como Gustavo Cerati eran dos figuras de distintas escuelas y no hubo más que mucho respeto entre ambos artistas, aunque siempre admitieron no ser fans de la música ni del uno ni del otro. Pero en el público se daban los banderazos, los cánticos y las posturas futboleras que luego se convertiría en lo que hoy es el “Rock Chabón” y que tuvo su gran tragedia el 30 de Diciembre del 2004, en Cromagnon, producto de una bengala, artefacto que decoraba al rock argentino en los noventas, con: Los Piojos, Las Pelotas y La Renga.

1990: UN ÁLBUM CON CANCIÓN ANIMAL

Terminaban los ochentas y eso significaba todo un desafío para cualquier banda exitosa en esa década que no supo retener a varias de sus agrupaciones, ya sea por muertes o falta de creatividad, frente a una nueva era que exigía demasiado y la consigna era justamente: “olvidar y odiar a los años ochentas”.

El quinto disco se llamó ‘Canción Animal’, para muchos su obra cumbre, y sin dudas, su disco más hitero. En el mismo podemos encontrar elementos bien rockeros, uno mucho más guitarrero de lo que venían haciendo, especialmente en temas como: ‘El Séptimo Día’, ‘Sueles Dejarme Solo’ y el ultra coreado ‘De Música Ligera’, así también, resaltan líneas de guitarras filosas y altamente hipnóticas en: ‘Un millón de años luz’, que hacen un tejido de emociones en la garganta.

Con este disco lograron hacer otro show en Vélez Sarfield y otro en el Obelisco, ante unas 250 mil personas. También ofrecieron su tercer show en Paraguay, en el León Condou.

La crítica de rock considera a ‘Canción Animal’ como el mejor álbum en español de los 90s, porque se nutría de un estilo alternativo que se convertía en la tendencia de esa década y que llegó al mainstream con el surgimiento de Nirvana y el grunge en EE.UU.

Soda Stereo tenía una gran lectura de los nuevos sonidos y su siguiente disco sería la prueba más contundente.

1992: DYNAMO Y UN SONIDO INDEPENDIENTE EN EL MAINSTREAM.

La influencia británica en Cerati no dejó de verse al pasar los años y el disco ‘Dynamo’ fue toda una tesis de lo que se venía haciendo por esas tierras, pero para un público masivo, que empezaba a educar sus oídos gracias a Soda. Después del rotundo éxito de ‘Canción Animal’, ya no se podía pedir más y el trío bajó unos cambios, grabando su álbum menos hitero y comercial.

Comenzaron a experimentar con el uso de samplers, loops y múltiples efectos de guitarra, algo que se convertiría en toda una obsesión de Cerati, cuya fijación era el movimiento denominado “shoegaze”, una oleada de bandas inglesas que a inicios de los 90s lanzaron discos como: ‘Loveless’ de My Bloody Valentine, que se aprecian mucho en temas como en el primer track de Dynamo, ‘Secuencia Inicial’, o temas como ‘En Remolinos’, cuyo inicio es idéntico a la intro de ‘Indigo is Blue’ de Catherine Wheel.

También se aprecian elementos de música electrónica como en ‘Camaleon’ o en ‘Nuestra Fe’ y guitarras con llanto en ‘Luna Roja’, o unas bien noisey en: ‘Primavera Cero’ y ‘Toma La Ruta’.

Esta temática sónica iba a seguir marcando a Gustavo en su primer álbum solista ‘Amor Amarillo’ (1993). Eran claras señales de que Cerati ya estaba mirando unos horizontes donde ya se veía mejor estando sólo.

A Dynamo le rodeaba una nueva camada de bandas argentinas como: Babasónicos, Turf, Juana la Loca o Avant Press, quienes ya decían tener una gran influencia de Soda Stereo en sus vidas y varios de ellos fueron sus teloneros en esos años.

En 1992 se presentaron por última vez en Paraguay, en el Anfiteatro de San Bernardino.

1995: DISCO ETERNO CON FINAL ANUNCIADO.

Una tragedia afectaba directamente a Zeta Bosio, quien había perdido a su hijo pequeño en un accidente de tránsito en 1994; el hecho enlutó a la banda y éstos se dieron un descanso y ya se barajaba la idea de una posible separación. En un último suspiro, logran grabar el disco ‘Sueño Stereo’, lanzado en 1995.

Por primera vez, el grupo utilizó cuerdas de violonchelos para temas como: ‘Ella usó mi cabeza como un Revolver’, violines en temas como: ‘Crema de estrellas’ o ‘Planta’, pero así también, no faltaron los grooves de las cuerdas de Cerati, en temas como: ‘Disco Eterno’ y ‘Paseando Por Roma’.

‘Zoom’ fue el sencillo más conocido de ese trabajo, cuyo videoclip fue grabado en el famoso Planetario de Palermo, Buenos Aires, que vivía una celebración al estilo hippie, pero adaptada a la Generación X.

1997: ULTIMO CONCIERTO Y MUCHOS SIGUEN HASTA HOY.

Como mencionamos en un principio, el 1 de mayo de 1997, la banda anunció su separación y la gira de despedida iba a llevar por nombre ‘El Último Concierto’.

Fueron a: México, Venezuela, Chile, y finalmente, al Estadio de River Plate de Buenos Aires, el 20 de septiembre de 1997, antes unas 60 mil personas, que comenzaron la larga noche con, quizás, la mejor versión en vivo de: ‘Ciudad de la Furia’, tema que Charly Alberti no lo quería tocar para evitar quebrarse.

Llegaba el final, ese momento que nadie quería, entonces, la penúltima canción: ‘Cae el Sol’ se muestra tímidamente por los teclados del Tweety González, y un Gustavo Cerati cuyos ojos miraban por última vez a la multitud, con una sonrisa que evitaba el llanto.

Las 60 mil almas estaban siendo testigos de la transición de una banda que pasaba a mejor vida, como leyenda del rock latinoamericano, y la despedida debía hacer temblar el piso de la ciudad. ‘De Música Ligera’ fue la canción elegida para cerrar una carrera de 15 años, repleto de logros y hazañas impensadas antes que ellos demuestren lo posible.

Cerati tomó el micrófono para soltar unas frases memorables, que ni planeado las tenía y dijo: ‘No solo no hubiéramos sido nada sin ustedes, sino por toda la gente que estuvo a nuestro alrededor desde un principio, y algunos, siguen hasta hoy, Gracias…Totales’ , y a destapar esas botellas de champagne, para celebrar una verdadera misión cumplida.

Canciones con alusión a Paraguay en el mundo

El grupo norteamericano, The Ocean Blue, lanzó un nuevo álbum titulado ‘Kings and Queens/Knaves and Thieves’, que ya está disponible desde hoy en todas las plataformas digitales.

En el tracklist resalta una canción titulada “Paraguay my Love”, en alusión a nuestro país que recibió la visita, en dos ocasiones, de esta banda liderada por David Schelzel, quienes fueron muy bien acogidos por el público paraguayo, entre los que quizás, son los más populares dentro del continente.

Los buenos recuerdos y la gran hospitalidad que gozaron los músicos inspiró a esta nueva canción que se suma a una interesante lista de artistas internacionales que mencionan a Paraguay, ya sea directa o indirectamente, o en forma de mitos y leyendas.

The Ocean Blue – “Paraguay My Love”. (2019) 

The Beatles – “Los Paranoias” (1968)

En 1968, el cuarteto de Liverpool ya era la banda más popular y revolucionaria del mundo, pero vivían una crisis interna en plena grabación de su álbum homónimo, conocido como ‘The White Album’.

Pero no todo era fricción y división en el estudio, ya que por momentos, John Lennon y Paul McCartney, improvisaban y hacían chistes internos, que fueron grabados y lanzados en el Anthology de 1996.

Entre las ocurrencias grabadas, of the record, resalta una canción improvisada titulada: “Los Paranoias”, que acompañado de un ritmo latino, acústico y en español, “Los Paranoias”, sonaba a una mala pronunciación de “Los Paraguayos”, teniendo en cuenta que el músico Luis Alberto del Paraná y su grupo Los Paraguayos, eran muy right here conocidos en Inglaterra e inclusive llegaron a compartir escenario con The Beatles en el Variety Royal Show en 1963:

Rod Stewart ft. Ronnie Wood – Lost Paraguayos (1972)

Otra canción que refuerza la teoría de The Beatles y “Los Paraguayos”, fue la compuesta por el popular cantante inglés, Rod Stewart, quien en 1972 lanzó su álbum, ‘Never A Dull Moment’, de donde se desprende un tema co-escrito con Ronnie Wood de los Rolling Stones, llamado: “Lost Paraguayos” (Paraguayos Perdidos).

Todo hace pensar una vez más, que el juego de palabras está basado en la pronunciación de “Los Paraguayos”, aunque en la letra de la canción no mencionan a nuestro país y hablan de una cárcel en México, erróneamente ubicada en Sudamérica.

Alberto y Lost Trios Paranoias (1976)

En 1976, una banda proto punk rock cómico llamada Alberto Y Lost Trios Paranoias, lanzó su álbum debut titulado de la misma manera, en una clara referencia a Alberto del Paraná y los tres paraguayos.

Este grupo oriundo de Manchester tuvo un corto paso en los años 70s, llegó compartir escenario con Blonde en EE.UU, pero nunca logró un éxito comercial, en una época en la que los Sex Pistols encabezaron una nueva escena llamada “Punk”, que era objeto de burlas para Alberto y sus paranoicos.

Mark Knopfler – “Postcards from Paraguay? (2004)

En setiembre de 2004, Mark Knopfler, guitarrista del grupo británico Dire Straits, lanzó su álbum solista titulado ‘Shangri-La’, y entre sus temas aparece: “Postcards from Paraguay” (Postales de Paraguay).

Knopfler nunca visitó Paraguay, pero lo describe como un lugar que alberga a contrabandistas y ladrones, mediante una instrumentación bastante latina y tropical.

La canción se centra en un hombre que huyó de Inglaterra rumbo a Sudamérica y el autor del tema recibe sus cartas con el código postal de Paraguay.

Iggy Pop – “Paraguay” (2016) 

En el 2016, Iggy Pop hizo su regreso discográfico con  el álbum ‘Post Pop Depression’, que contó con la producción de Josh Homme, líder de los Queens of the Stone Age, quien también se encargó de componer las canciones del disco, que cierra con un tema llamado: “Paraguay”.

La letra de la canción comenta sobre los deseos de un hombre retirado, que quiere pasar su vejez en Paraguay, para vivir sin presiones, tecnología, consumismo o el caos de las grandes ciudades.

Ni Iggy Pop ni Josh Homme pisaron nuestro país, por lo que existe una teoría de que el fallecido y célebre chef, Anthony Bourdain, inspiró a la canción, ya que él mismo había estado en Paraguay en 2014 y era muy amigo de ambos.

BONUS TRACKS:

Divididos – “Paraguay” (1991) y Jorge Drexler – “Milonga Paraguaya” (1998). 

En nuestro continente, también hubo músicos latinoamericanos que lanzaron canciones con alusión al país guaraní, uno de ellos fue el grupo argentino, Divididos, que en 1991 lanzaron su segundo álbum de estudio, ‘Acariciando lo Áspero’, donde se incluye un tema llamado “Paraguay” y que es recurrente en sus repertorios en vivo.

Por su parte, el cantautor uruguayo, Jorge Drexler, en 1998 lanzó su álbum ‘Llueve’, que contenía el tema llamado “Milonga Paraguaya”, unos 9 años antes de tocar por primera vez en Asunción.

El uruguayo ganador del Oscar es un estudioso de la obra de Mangoré y en su última presentación, en el Asunciónico de este año, Drexler comentó que el guitarrista paraguayo fue un adelantado a su tiempo.